La cocina tiende puentes entre Perú y Bolivia

El reconocido chef peruano Danilo Balderrama, del restaurante Barra Limeña.

Sandra Arias Lazcano | Pulso Empresarial

Cochabamba huele a ají, limón y mar. Es que el segundo Tour Gastronómico del Perú llegó para celebrar la diversidad culinaria del país vecino y su conexión con Bolivia, de la mano de 15 restaurantes que ofrecieron delicias de costa, sierra y selva, todo acompañado del infaltable pisco.

Con la Casona Santiváñez como marco, el evento fue organizado por la Cónsul General del Perú, María del Pilar Castro, con el objetivo de difundir la gastronomía y la cultura peruana. Desde un ceviche fresco hasta un ají de gallina cremoso o una causa limeña bien servida, los sabores peruanos se mezclaron con el cariño cochabambino en cada plato.

Entre los protagonistas destacó el chef Danilo Arellano, dueño del restaurante Barra Limeña, quien asegura que este encuentro es más que una muestra culinaria: “es una cofradía que permite mostrar la diversidad del Perú, desde la costa hasta la selva, donde cada región aporta algo distinto: los mariscos del norte, las carnes del sur, los postres limeños y hasta las fusiones italo-peruanas.

La cónsul general de Perú, María del Pilar Castro, da la bienvenida al Tour Gastronómico realizado en la Casona Santiváñez, en Cochabamba.

Pero el sabor tiene que ver con los insumos y Danilo cuenta que, a excepción de los productos de mar, Bolivia tiene lo necesario, con sabor y calidad, para cocinar como en su tierra. En su restaurante, los ajíes, las verduras, la trucha y hasta el camote cochabambino se fusionan con técnicas y recetas limeñas para crear una experiencia auténtica.

“Bolivia tiene lo necesario para que nosotros podamos desarrollar una cocina peruana casi igual que en el Perú”, asegura. Y no exagera porque el valle cochabambino le ofrece productos frescos todo el año, carnes de calidad y un público exigente que sabe reconocer una buena sazón.

Comenta que, en los últimos años, los cochabambinos se han animado a probar nuevos sabores. El ceviche ya no asusta, los chaufas y los lomos saltados son parte de la rutina, y hasta el pan con chicharrón limeño empieza a conquistar desayunos locales. “El cochabambino reclama su carnecita, pero se atreve a probar. Le gusta el cevichón, el tacu-tacu y la jalea”, cuenta entre risas Arellano.

No es casual que la gastronomía peruana haya alcanzado fama mundial. Su secreto se explica a lo largo de la historia, con la concurrencia de las culturas prehispánicas, la influencia española, ingredientes americanos y una fusión natural con la cocina china, japonesa e italiana. “La fusión no es confusión”, dice Danilo, “es la hegemonía entre dos culturas para lograr un buen plato”.

Y en su caso, esa mezcla también se vive fuera de la cocina. Cuenta que llegó a Bolivia hace 14 años, “solo por un año”, y terminó casándose con una cochabambina. Hoy, junto a sus hijas, lleva el Perú en el corazón y a Cochabamba en el alma. “El destino me trajo aquí y decidí retribuirle con lo que sé hacer: darle un poquito del Perú en cada bocado.”

El Tour Gastronómico del Perú en Cochabamba reunió a restaurantes como El Cangrejo, Mía Perú, Rey de la Sabrosura, Sazón Limeña, Barra Limeña, Delicias Peruanas, Alfajores Factory, Tío Perú, Marco’s y Cevichería Luz del Mar, entre otros. Fue una muestra de que cuando dos países se encuentran en la mesa, las fronteras se disuelven al primer bocado.

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